Mi yo taciturno me reprocha, no tenía palabras bonitas;
Mi torpeza, mi vacía cabeza, se volvía espuma,
Arruinaban las más preciosas líneas de mi pluma.
La pluma se agosta; sin gracia permanece erguida;
Fluye húmeda, se desangra como musa herida.
La hoja es fiel testigo de tan terrible agravio.
El papel trasciende atónito impuro manchado
Pero finge con amenidad yerto muy callado
Las lívidas hojas parecían infinitas…
De repente clamé al sugerente Dios;
Tal vez; El me enseñe a amar…
Desee un alma sincera de bondad amplia
Profundamente viva colmada del amor del altísimo
El Amor puro de mi Dios; grande, potente, vivo.
Estoy contento…
El me entregó su Amor.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de marzo de 2022 a las 14:58
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Miguel Reyes, Lale Neda, alicia perez hernandez, Malen Tendido, WandaAngel, Donaguil
Comentarios4
Que no se agoste... Que hoy tus versos espectaculares.... Abrazo del Alma.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5'8
El amor más grade, puro y santo es el de el único Dios verdadero .
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3'16
Con Dios lo tenemos todo y no nos falta nada.
BENDICIONES!!
Espectacular, poema, amigo.
Hermosa reflexión. ¿Quién más que Dios?
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