A la sombra eras dadivosa,
Las ciudades cosmopolitas
Contigo tenían cita
De una forma religiosa.
El ancho de tu cara
No daba abasto a tu sonrisa
Y una nube hacías trizas
Con la luz de tu mirada.
A la sombra, siempre alegrones,
Sin resabios y sin quejas,
Tu disyuntiva más compleja
Era: ¿Langosta o camarones?
Pero un día llegó el sol y...
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