MUJERES
Ellas son pedazo de cielo,
regadas por el Divino en la tierra.
Todas son princesas y ninguna
es mejor o más que otra.
Ellas no vienen al mundo para servir al hombre
ni para que el hombre se sirva de ellas.
Ellas valen por lo que son
y no por lo que pueden dar o hacer.
Por eso, todo hombre que a la mujer
cause daño, no merece ser llamado hombre.
Hombre es solamente aquél que cuida a la mujer,
aquél que le da espacio a la mujer,
aquél que sólo habla bien de la mujer,
aquél que arriesga todo por amar a una mujer.
De hecho, sin las mujeres,
¿de qué me sirve el corazón?
Sin las mujeres, ¿para qué mis suspiros?
Son las mujeres en el jardín de nuestra vida
las flores más bellas que Dios ha sembrado.
Diariamente hay que regarlas con el agua
de nuestro cariño, amor, aprecio y respeto.
Cada amanecer debemos despertarlas
con el tierno rocío de nuestros besos.
Cada noche, de rodillas, por ellas
al Omnipotente debemos agradecer
porque nos las ha dado
para solamente amarlas y ser así felices.
A las mujeres se las ama una vez y para siempre.
A las mujeres hay que amarlas con el corazón entero
y no por pedazos.
Hay que quererlas con toda el alma sincera
y no por sentimientos pasajeros y falsos.
Cuatro son los momentos
en los que hay que amar a las mujeres:
en verano, en primavera, en otoño y en invierno.
¡Oh mujeres! Orquídeas de mi Patria.
Por ustedes, muchas veces no duermo.
Doy vueltas tras vueltas en mi lecho
sin lograr quitarles alas a mis pensamientos
que vuelan sin descanso hacia vosotras.
Y si a veces logro conciliar mi sueño,
mis últimas palabras son:
¡Padre que estás en los cielos!,
bendícelas donde quiera que estén;
aleja de ellas besos de hipócritas,
que en su camino no tropiecen
con falsos cariños y abrazos vacíos.
Sí, mujeres, ¡musas de mi nación!
Son ustedes capaces de resucitar
corazones heridos y sentimientos destrozados.
Por eso, yo las quiero con el pecho entero y a cada una.
Si de mi pecho pudiera este corazón mío arrancar,
os lo daría sin reservas y se convenzan de una vez por todas
que yo amo, incluso, hasta después de la muerte.
Sí, mujeres. Ustedes son nuestra inspiración.
Por culpa vuestra, a veces, cuales tontos,
fabricamos castillos en el aire y cimientos sobre arena.
¡Mujeres! Encantos de la vida.
Siempre me han vencido vuestras sonrisas.
Son vuestras miradas y vuestros ojos,
pócimas que nos arrebatan a lo divino.
¡Oh, vuestros labios rojos y frescos!
Son manzanas de Navidad que vencen toda resistencia.
¿Qué no decir de sus mejillas rosadas?
Son tiernas y sonrientes granadas
que sólo merecen besos delicados del alma.
¿Y de sus caricias? Sobra qué expresar.
Con ellas nos trasladan al tercer cielo
y con las mismas convierten nuestros infiernos
en paraísos y edenes posibles.
¡Mujeres, mujeres de mi vida!
Mucho es lo que tengo que decir de ustedes,
pero, incluso, creyendo haberlo dicho todo,
al final habré dicho casi nada,
porque sois de verdad: ¡un misterio!
Por eso, cuando se sientan muy solas,
cuando no hay quien las escuche ya,
cuando crean que todo acabó,
cuando crean que ya no pueden,
pongan sus manos en su sien y acuérdense de mí,
entonces, sabrán que no están solas,
hay alguien que siempre ha creído en ustedes,
hay alguien que las espera y las piensa: ese soy YO.
- Autor: Chino el Seminarista (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2010 a las 06:22
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema lo escribí para expresar un poco de lo grande e indescriptible que siginifica y es el amor de una mujer para un hombre que sabe y quiere solamente amar.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 258
- Usuarios favoritos de este poema: Veronica Amador Merida
Comentarios5
OOH! Mi amigo!!!! Magnificas letras!!!! Me ha encantado todo, del principio al final... mi parte favorita:
"¿Y de sus caricias? Sobra qué expresar.
Con ellas nos trasladan al tercer cielo
y con las mismas convierten nuestros infiernos
en paraísos y edenes posibles."
Esplendido!!!
Felicidades y un abrazo a tu lugar!
Rocio
Gracias mi querida Rocío por tus palabras y por tu comentario respecto a mi poesía "Mujeres". Me animas mucho. Pronto estaré publicando otros. Espero tus comentarios y gracias por ser como eres. Espero hablemos y nos escribamos algún día así más detenidamente. Muchos abrazos para ti.
Muy bello.
Muchas gracias hermosa Fransua por tu comentario. Espero tus comentarios en los próximos que publicaré. Abrazos.
Hermosas letras sobre las mujeres, me encanta la ternura y el realismo par describir a estas Hijas de Dios!!!
Gracias cuate por tus palabras. Eso me anima a seguir escribiendo. Saludos desde Gautemala. Y cuando vengas a Guate, como te dije, traigos algo bueno muy de por ahí de tu tierra: Costa Rica, donde las mujeres son expertas en el arte de amar.
Gracias por regalarnos tan bello poema.
Gracias también a ti, querida Veronica, por tus palabras. El amor de una mujer en mi vida, aunque no lo creas, me ha llevado a descubrir otro gran amor: Dios. El amor de una mujer me condujo al gran amor de Dios. Te invito a que leas y comentes los próximos poemas que publicaré y los que ya publiqué. Ánimo en todo lo que haces. Abrazos de este tu amigo.
Gracias por animarnos querido Salva. Las mujeres ahora, en casos hemos sido engañadas, maltratadas nos sentimos tan solas e humillantes ante todos, pero estas palabras suyas: por eso, cuando se sientan muy solas,
cuando no hay quien las escuche ya,
cuando crean que todo acabó,
cuando crean que ya no pueden,
pongan sus manos en su sien y acuérdense de mí,
entonces, sabrán que no están solas,
hay alguien que siempre ha creído en ustedes,
hay alguien que las espera y las piensa: ese soy YO.
Han hecho sentirme feliz.
Cuídese y abrazos fuertes para usted.
Dios te bendiga, cure tus heridas, haga brotar muchas sonrisas en tu rostro.
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