Una especie maldita de rostros
cabalgan espejos desérticos
de hadas contorsionistas
y humo de medusas.
Oquedad ardida
entre almas opuestas,
al masticar carne de arena
la opulenta oscuridad del escarabajo.
El jardín onírico
hace trizas los silencios,
en un callar cercano a la penumbra,
de tan alta respiración
que ni la propia resaca contiene.
Oculta sed de vida
que solo pertenece a los pliegues
invisibles del aire.
- Autor: ubik ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2022 a las 11:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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