Voy solo como un jilguero,
de tan solo que casi vuelo.
Qué soy yo, triste silencio,
ante el mundo: presunto efímero...
Dura, la raíz de un cielo,
prenda, placer de mí, contento;
dulce color de lo verdadero,
sube el sol, aunque sin sendero,
dando sabor a cada terreno
por el que paso, y ya sin freno
alcanzará su auge eterno,
también su ocaso, luego
tal delicia de otro momento
en que ya habrá dentro un fuego
al que irle dando aumento.
- Autor: Haz Ámbar ( Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2022 a las 09:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Pluma de Fuego, alicia perez hernandez, Romey
Comentarios1
La soledad, un martirio. Estar solo los momentos buscados, un alivio.
La soledad puede ser buena si es buscada o si nos sabemos conformar...es curioso que cada vez somos más en el mundo y cada vez estamos mas solos...
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