Las mujeres a los XV son un capullo con vocación de flor,
A los XX una hermosura que cabe en una canción y necesaria en las tardes,
A los XXX son como una gaviota buscando una playa, donde dorar sus sueños,
Después de los 40 o 50, son como Diosas, que quitan el sueño y seducen cualquier verso.
Solo aquellos que han caminado por esos valles de una mujer madura, saben lo que es eso. Aproximarse a sus encantos es como tener la puerta del cielo junto al árbol de la vida,
No valen palabras, porque las conoce todas, la seducción es un platillo que ella decide servir. Hacen girar el mundo de acuerdo con los caprichos de su corazón y la noche.
Normalmente andan por ahí, distinguiendo ilusiones. Amigas del espejo y orgullosas de sus heridas de guerra. No ocultan sus estrillas, ni ese rastro de cuando trasplanto su primera flor. Una dama después de los cuarentacincuenta, no esconden sus otoños, ni se creen primavera, reconocen la belleza de la juventud de las de XX, pero lucen su experiencia.
Con una mujer madura al lado, hasta el vino tinto sabe a néctar de los dioses, ese sentimiento de pertenencia y seguridad que trasmiten, caen a la cama como meteorito a la tierra, dejando un hueco profundo que no se llena ni con veinte primaveras. Son de esos clavos que nunca se podrán sacar con otro clavo, nos crucifican para siempre.
Me gusta su forma de ser otoño, fruta fresca y flor en actitud de primavera. Esa joya precisa que solo se admira, nunca se posee. Las que no esperan que las convenzas; solo buscan no ser solo un rostro, cuerpo, inteligencia, belleza y pelo largo… toda una obra de arte, por la que puede perderse las dos orejas y la mano con la que se escribe un poema.
Que dicha ser la mañana, que como canción te ofrece la primera flor de tus años cumplidos de un poemario de 51 versos. Abrazarte cuando cumplas un año, dos días o un siglo, alcanzarte en tus sueños, Cobijarme en tus anhelos y sentarme junto a ti a cambiarle la arena a nuestro reloj, recorrer tus mejores momentos vividos ayer.
Llévame por todas las estrofas de tu canción, por la rítmica de tu voz, dejame sentir de cerca como suena tu canción, beber tus letras como lluvia sagrada en este desierto, dejame entrar a tus sueños, como Tú has entrado a los míos. No apagues esta llama naciente, no tengas miedo a un sentimiento, deja que la magia de un sueño dure poco más que una eternidad, por siempre
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO
- Autor: lennox, el quetzal en vuelo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2022 a las 09:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.