Que disparate….afilar el hacha.

Que disparate....afilar el hacha!

En el transcurso de los años hemos aprendido a sobrevivir y nos hemos agarrado de todo lo que estuvo a nuestro alcance para evitar una caída sin darnos cuenta de que a veces ya estábamos caídos,gimiendo de dolor y con las alas rotas.

Hoy despertamos cada día a una realidad que como escenario plantado por no se quien ....nos acoge como actores y nos obliga representar a ese personaje que uno no reconoce al mirarse en el espejo.

Mira qué si se nos ha enseñado; desde la cuna se nos ha inculcado que el camino a seguir es el recto que un poco más agitado ....puede ser pero que de llegar se llega y tal vez el  saborcito agridulce de la vida al tropezar caer y levantarnos sea la mejor escuela.

No somos ajenos a la realidad que nos rodea y eso nos hace menos inocentes tal vez cierto grado de complicidad y por que no de quemimportismo a conveniencia.

En el libro de la sabiduría mayor aprendimos lo que Dios nos revela a través de Isaías 5:20.... ay de lo que dicen que lo bueno es malo y que lo malo es bueno, y reflexionamos en su contexto y miramos a nuestro alrededor para mostrar si nos identificamos o no...... se nos puede tomar por débiles si al pan lo llamamos pan y al vino.... vino!.

Con cuanto esmero y devoción nuestra madre nos enseñó ese séptimo mandamiento que era imperativo sumarlo a nuestra enseñanza..... el no robar. Se nos hizo fácil el aprendizaje si pero que confusión ponerlo en práctica.

Nuestra inocencia fue ultrajada y eso como la virginidad cuando se pierde es para toda la vida y fue así que aprendimos de un ladrón bueno que robaba al rico para dárselo al pobre y ese noble gesto de ayudar al que está en desventaja fue suficiente para convertirnos en ladrones en potencia.

Ese Robin Hood, tenia ya en cada uno de los niños un ayudante y la idea se hizo más concreta cuando alibaba y los cuarenta ladrones entraron en nuestra imaginación. Ya todo estaba dicho..... nos embarcamos más de una vez con el pirata Morgan y quien se acuerda ya del... no robar!.

Desgraciadamente la niñez pasó tan rápido y el tutelaje de esta cátedra pasó a manos de los que si saben... los políticos.

Dios mío, en que momento y como hicieron para sembrar en nosotros la idea de verlos como poseedores de todas las respuestas que se necesitan para poder vivir en sociedad.

Y aquí estamos frente al cadalso, ya no hay opciones, obligados a carabina a escoger como queremos que se nos recuerde. Tal vez como la última generación que falló y que fue víctima de sus desaciertos, como aquella que le faltó coraje para actuar o como la que ya se sintió vencida y su única preocupación era saber .....si el hacha estaba bien afilada!.

Ninguna de las partes se parece a estos personajes sacados de los cuentos infantiles pero es evidente que el afán de llegar no es motivado por el sentir altruista de un patriota sino por aquel que tiene la necesidad de devolver con creces a sus financistas la inversión.

Nos veremos pronto señalando con el mismo dedo que ya está cansado de señalar, no por ser viejo, sino por las veces que ya son más de una, pero me queda tiempo para reflexionar, mientras el hacha….me espera.

D.R.A.

Carlos H Ojeda Behr.