no te conozco
aunque seas mi oquedad preferida,
no sé quién eres
y aspiro tu aroma de tempestad y anhelo
de miedo y de ternura
de sencillez y pasión.
No quiero verte.
Las palabras se suicidan en ti
y estallan en significados
como pechos henchidos de placer,
acaricio una frase
y mis dedos palpan lágrimas
añejas e inmemorables.
A ti, poeta, anciano venerable,
gracias.
Comentarios1
Lo mismo digo. Para mí ha sido y es todo un referente.
Saludos
Haz
La destrucción o el amor, este título qué bien define la época actual
Sombra del paraíso, otro tanto.
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