Eisenia foétida
Mastique si le apetece un trozo de suberina, buen aperitivo, le sentará divinamente.
Por favor y disculpe, no se aclimate, no es lugar.
Pase usted frío o calor, mójese o sude, trague polvo de sílice.
Gaste neumáticos, hélices y aspas, mucha saliva tonta y alguna que otra vaga neurona.
Usted no es competente, no se ha adaptado a la nueva versión que dura hasta mañana.
Ponga buena cara a ideas suicidas, no exprese lo que piense.
Usted no es bienvenido con esos ademanes de escritorio.
No vaya a pensar usted que le sabemos superior.
Usted es muy prescindible; los hay más tontos y con mejores rodilleras.
No argumente, no se lleva. Aprenda chistes y gracia andaluza…mantenga una cara bonita al compás de un cuerpo fino a prueba de taquicardias.
Nadie quiere oír sus conclusiones, y menos sus razones.
Ya está todo envasado desde fábrica. Sólo hace falta un abrelatas de los chinos.
Que encierren a este extraterreste, llamen a los hombres de negro.
El conformismo estabiliza en silencio la injusticia, ingeniero químico que arrastra maletas de otros que desarrollaron una app de venta de coches de segunda mano.
Los servidos, tuvieron la idea de vender unos valores y comprar algunos otros, como los gitanos del rastro, pero con pantallitas y gráficas en vez de etiquetas y toldos.
Algunos también lo consiguieron por ejemplo, modelando heridas bellas en los rostros de personas con miedo a la muerte; recuerdo cuando un ebanista y escultor de pueblo eran aristocracia y sus obras casi eternas (siempre queda el caos).
Benedetti decía “no te salves”, salmón salvaje, cuero curtido.
Ya en mi media vida, si antes no me parte un rallo en una mala sinopsis cerebral, me cuestiono el fundamento de tanto remar solo, hacia ninguna isla.
Todos me dicen, pocos me entienden, nadie me vive.
La constancia es la mejor de las virtudes, dicen, pero no te garantiza nada salvo la esperanza, de la que no se come.
Si pudiera soportar estar encerrado entre necios tras unos barrotes, buen escabeche hubiera hecho, aún perdiendo este aliento que nada vale, como el llanto de una pardela perdida por las luces de las ciudades de mar.
Sólo por ese motivo, y por dos rostros translúcidos que a modo de terceros párpados cuidan mis retinas entre los zarpazos, no soy tierra, no soy paz, no soy alimento de vida inocente, no soy consecuente con mi ambiente, consciente de mi imperfección completa por pertenecer a esta especie y no a la que hubiera escogido, eisenia foétida.
- La que mejor transforma la muerte en vida -
- Autor: Golpe de mar ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2022 a las 23:36
- Comentario del autor sobre el poema: El mundo no escogido que me rodea no me comprende ni tiene necesidad de hacerlo. Medito sobre si pertenecer al género humano es una condena y una desdicha, y gozo al recrearme sabiendo que algún día, al menos mi cuerpo servirá para un fin coherente con la vida.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar
Comentarios1
Alimentar la tierra comiendo se la muerte
Es una gran especie, si señor...
Saludos
Gracias por el comentario, Texi. Cultivaba lombrices de esta especie para fabricar vermicompost y usar los restos de cocina y jardín, son una maravilla de mascotas.
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