saludé un joven escritor la calle.
Escribía rápido en un simple papel.
Me mostró su escrito. Fue un detalle.
Sus versos eran dulce como miel.
Dejando el alma entera en su escritura,
había escrito una bellísima cuarteta.
Me emocionó intensamente oír la lectura
de los versos que escribió aquel poeta.
Para grabar su rostro en mi memoria,
pensando que ese joven haría historia,
largo tiempo lo miré fijamente.
Concentrada en los versos que él leía,
no le pedí su nombre aquel ûnico día…
Aún ese error atormenta mi mente.
Amelia Suárez Oquendo
28/01/2022
- Autor: Amediana (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de abril de 2022 a las 13:35
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Miguel Reyes
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