Hierve el cuerpo entumecido,
bajo el abrazo de su fuego.
Arde y clama,
arde e intenta hablar,
arde pero comprende,
como el moribundo
que pasa al otro lado
tras mil años de existencia,
que no hay nada que esperar.
Lame el fuego la silueta
con sus infinitas lenguas,
quema y calma,
calma y quema,
y se puede oler el alivio,
y emerge la pregunta:
¿Son mortales sus caricias?
-
Autor:
Francisco Villa (
Offline) - Publicado: 13 de abril de 2022 a las 00:20
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Offline)
Comentarios1
quema y calma,
calma y quema,
y se puede oler el alivio,
y emerge la pregunta:
¿Son mortales sus caricias?
........................
En ocasiones son mortales las caricias, cuando el fuego no alivia y no calma las heridas.
saludos y abrazos Francisco
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