Redención-.

Ben-.

Así mis labios, tronco de otros labios, universo lleno de contrastes, multiplicidad transformada en irredentas genialidades, así, sí, mis labios, apenas apercibidos por los tuyos, ofrendas galantes, repetidos versos en un túmulo blanco e insoportable, tu sangre dispersa, atentado contra la verticalidad de lo innombrable. Tu seña, tu sello mítico e indeleble. Antes, muchos antes, de que se apaguen las hogueras, surgirán celestes las aves migratorias, pámpanos disecables, atestiguados ejemplares. Surto de nutrias el laberinto unánime, de voces secretas, lleno los espacios del humo. Vierto saliva y combates, esos nauseabundos hijos del desprecio más acuciante.

 

Quién

me redimirá-.

 

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