Entre el humo espeso
de uno de mis cigarros
encontré estos versos,
en la soledad
de los acantilados
donde tentaba el caerme
a ver lo que hay después
ya sin tanto prologarlo
entre el humo espeso...
Es un lanzar a ciegas
entre el gran silencio
y lo demás
perfecto
para nunca errar
si lo tengo
bien apretado
dentro
de mis catástrofes
yo habitual.
Voy a dejarme ser
una contínua corriente
al más allá
de mis palabras
sin ningún sentido férreo
que desentrañar
al gran silencio eterno
de las estatuas
de cara al mar...
Tanto pasado en ello,
en la misma danza
descerebrados
ante la caída próxima
de todo un imperio exacto.
Pero esta es mi niebla
y no hay vuelta atrás
ni tan solo remiendos:
lo que hay es ya nada:
hemos sido engañados
por los que mandan soldaditos
a la guerra a matarse.
Comentarios2
En relación al final del poema, me viene a la mente una especie de definición de la guerra dicha por alguien ....
Que dice así, la guerra es un conflicto en donde los jóvenes de ambos lados se matan entre sí sin conocerse y sin sentir odio el uno hacia el otro y que son dirigidos por dos viejos que se conocen se odian pero no se matan el uno al otro.
Bien por tu poema.
Triple abrazo de Miachael.
Gracias, Miachael, por tu enorme comentario.
Otro triple abrazo para ti.
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