Si tú quisieras
le robaría al cielo
su manto azul.
Para cubrirte,
llevarte entre los sueños
a las estrellas.
Allí serías
la dulce cenicienta
de tantos cuentos.
Cuentos de infancia,
de tiempos no lejanas
y que recuerdo.
Yo los leía,
ansioso con los ojos
de mi conciencia.
También soñaba
con cielos y princesas
en mi ceguera.
Y es que los niños
son ciegos, sin saberlo,
en su inocencia.
¡Benditos ojos!,
que ven lo que otros niegan
en su ceguera.
Por eso dime,
si quieres a ese cielo
subir conmigo.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/22
Comentarios1
Hoy un gusto tu poema muy fresco ....si de niños somos ciegos ....Abrazo
Gracias Lale Neda.
Abrazos.
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