Este sol me vuelve loco, y luego me deja sobrio. Eternizado, sin aliento, y con prejuicios ante lo imposible.
Pero hoy soy fuente de la lluvia más indemne y te avizoro entre columnas de poemas.
Ando descalzo de dolores y ambiguo de placeres.
Pero, al menos, ya te veo. Rozando el aura de las virtudes que nacen en cada destello.
Atravesando mi mirada en Mi menor, para convertirla en la sonata abisal de nuestra conexión eterna.
Tú, corola sin frenos, me llevas a animar incluso hasta lo inanimado.
Tanto me amas, que logras que ame a todo lo demás.
A veces precisamos el ardor de lo no pertenecido, para pertenecernos y por fin nadar en nuestras aguas.
Las mismas aunque siempre cambiantes.
Las del espíritu imperecedero.
- Autor: Fohat Neyen ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2022 a las 23:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 18
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