No me mires con esos ojos

Aún no puedo desprenderme de mis infiernos aún me queda un pecado absurdo, sigo queriendo matar a un intruso que está dentro de mi y me estrecha las arterias pues me quiere matar si o si el muy tozudo. 

Yo que nunca me he metido en vidas ajenas que mis bolsillos los he tenido rotos y también llenos, que la mendicidad y la riqueza me aturden porque los extremos los rechazo, que contemplo como poco a poco sé nos viene encima el fin del mundo si seguimos por este camino. 

No me mires con esos ojos como si yo fuera un bicho raro, en los pequeños detalles que pasan a cámara lenta por delante de mis ojos me fijo y diariamente contigo lo estoy viviendo. 

Lo confieso, soy ateo y rezo 
a Dios para que arregle en 
la medida de lo posible ese exterminio que se aproxima 
y que nadie ni siquiera imagina. 

El pasado es una aventura que he vivido, 

La aventura que vivo, la acabo de contar, vivimos en un caos que me disgusta y no lo puedo tolerar, por eso me refugio en mi escritura y en 
la literatura 

En las futuras aventuras que están por llegar, lo malo es sumar dos más dos multiplicarlo por doce y restar  cuatro, que es lo que está pasando, pues todo está manipulado e intoxicado, ese momento que llegará no lo quiero más mencionar. 

Aun así, en mi Castillo, me he fabricado mi propio mundo donde procuro ser feliz cada segundo. 

En mi intimidad más íntima sigo pensando en ella, no hay manera que sé vaya de mi cabeza, sueño que un día la tendré desnuda encima de mi cama y me la comeré a besos empezando por los dedos de los pies comiéndome luego lo que hay que comer, muriendo de amor y escalando sus pestañas para admirar sus ojos, pienso que siempre hay que arriesgarse a encontrar lo inesperado, porque quien me dice a mi que contemplando su piel pegada a su cuerpo de pecado no puedo inventar un instrumento bien afinado tan perfecto que me embruje aún más y pueda seguir 
con todas mis fuerzas amando para toda la eternidad. 

Por cierto sé me olvidaba mencionarlo. Al final sin esperarlo Dios delante de mi se presentó y me dijo sin más 

- Hola ¿ Me querías decir algo ?

Yo anonadado pues esa visita me pilló desconcertado, con la escusa de la edad que ya he alcanzado, donde las lagunas mentales son muy frecuentes,  solo alcancé a decirle: 

- Pues la verdad es que mucho te he pedido y rezando, ojalá que en el cielo lo tengas  grabado, pues de tanta paciencia que he tenido esperándote,  lo que te iba a decir sé me ha olvidado. 

Manuel Lorente 
Seudónimo 
Mael Lorens 
Reservado el derecho de autor Abril 2022