Restos de maniquíes devorados es tu pasado,
catedrales que emergen bajo la propia sombra,
ahí donde el alma naufraga desvalida,
se pierde en la atmósfera impregnada de dinamita.
Recuerdos de ilusiones perdidas,
de amores que quizá aún no se olvida,
pero llegaste a mi vida toda envuelta en tules,
con sabor a verano, con tacto de terciopelo.
Quizá tus recuerdos se oxiden,
y desaparezcan en el infinito,
ya vez nada puede cambiarlo, nadie puede robarlo.
Nadie es un ejemplo en la vida, esos son falsos halagos,
en el presente el amor se reflejada en el atisbo de tus pestañas,
hoy entiendo tus palabras porque siempre estás en mi mirada.
- Autor: Fernando Endara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de abril de 2022 a las 19:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Miachael, alicia perez hernandez, Tommy Duque
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