Fue tu sonrisa
la llama de esperanza
que precisaba.
Llegó a mi lado,
vibrando de tus labios
y me embriagó.
Con tu paciencia
calmaste mis sentidos
y los dormiste.
¡Qué dulce paz
recuerdo que inundó
mi corazón!
Hoy la sonrisa,
la veo y titubea,
ya no es la misma.
Todos cambiamos,
lo sé, somos conscientes,
pero seguimos.
La senda avanza,
nosotros lo intentamos,
titubeando.
Y rebuscamos.
Yo busco tu sonrisa,
como hace tiempo.
Y si, en tus labios,
la noto, yo sonrío
y soy feliz.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/05/22
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 3 de mayo de 2022 a las 08:28
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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