Vuelven las olas
cargadas de recuerdos
con las resacas.
Tienen salitre,
espuma marchitada
entre las algas.
¡Cuántos instantes
evocan, al mirarlas,
en su llegada!
Vuelvo a los años
felices de la infancia
con mi inocencia.
La juventud
de tardes tan doradas
y soñadoras.
Y al breve otoño,
dejado a mis espaldas
en un plis plas.
Ahora me encuentro
las olas y resacas,
en el invierno.
Y las venero,
las miro enamorado
mientras suspiro.
Fueron y son,
eternas compañeras
con su candor.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/22
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.