Muerte nocturna

Vanessa Mónico

Me dio vergüenza pensar en mi muerte, mis mejillas se ruborizaron ante aquella idea lejana, casi ajena, ¡Me dio vergüenza! Como un enfrentamiento que llega de pronto, imposible de eludir, como si yo misma me encontrara haciéndome trampa. La tele me acompañaba de fondo, mientras mi mente generó esa mancha negra de la que nadie quiere hablar, casi como moho en crescendo. Un pensamiento nocturno y nada más; con ideas de esperanza y redención, llegue a la conclusión de que lo único permanente es la transitoriedad, el cambio, lo que fluye. Lo que no cambia se estanca y se pudre. El río se asemeja a la vida, fluimos conforme a la corriente dando origen a caudales y venas que dan de beber al mundo. Circulamos hasta multiplicar vida, conocimiento, lo que contenga nuestro recipiente mental. Así es la expansión de la conciencia, me digo a mi misma casi como un salvavidas a mi pánico ante perder mi existencia, para apaciguar al verdugo que vive dentro de mi. Mientras volteo de reojo a ver el programa que continúa en la tele aportándome nada más que compañía, pero con una diferencia, quizá calmé yo misma mi tortura, soy mi veneno y mi antídoto, mi laberinto mental está sujeto a cambios que no puedo impedir. Lo único que es permanente es la impermanencia.

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Comentarios4

  • Dante Cruz Velez

    Hermoso relato...con una reflexión que se asemeja a la vida...como dice Ud. Es un placer sus hermosas letras..saludos cordiales.. un abrazo de oso...

    • Vanessa Mónico

      Recibo tu abrazo y va de vuelta uno grande también para ti

    • Lale Neda

      Soy mi veneno y antidoto..... Me gustaron tus versos... Abrazo

      • Vanessa Mónico

        Mi verdugo personal Lale, no necesito peor infierno, te mando un caluroso abrazo

      • alicia perez hernandez

        pero con una diferencia, quizá calmé yo misma mi tortura, soy mi veneno y mi antídoto, mi laberinto mental
        ......................
        hay que tener cuidado con esos laberintos mentales, la mente es nuestro peor enemigo y nos conduce a oscuridades de las que no podemos salir.
        Cuídate mucho!! mil abrazos con mi cariño de hermana

        • Vanessa Mónico

          Esos laberintos torcidos son lo que soy, no me queda más que enfrentarlos, y vivir de la mano con ellos. Saludos cordiales, no antes de recibir los tuyos!

        • Raúl Carreras

          Muy bueno tu relato, muy bien escrito.



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