Plenitud
Aún si faltan motivos, siempre hay un ápice de esperanza en las cosas.
Lo noto en las carcajadas con amigos hasta que la panza nos duele de tanto reír;
En un beso de mi amado que dura un poquito más de la cuenta;
En un abrazo de mi hermano luego de una pelea o cuando pasa mucho tiempo sin vernos;
En los ratitos en que mi mente vuela con algo que me fascina, haciendo que el espacio-tiempo se detengan;
En las caminatas de otoño donde voy creando una película al sonar de la música en mis auriculares;
Pero mas que nada en la sonrisa de mi madre, con los ojitos brillosos, indicándome que tan mal no me va, que algo ciertamente estoy haciendo bien.
Es increíble el pensar que, en actos tan sencillos como estos, uno puede volver a respirar, a sentirse en equilibrio. Ojalá esta pesada oscuridad nunca me prive de seguir sonriendo cada vez que recuerdo lo afortunada que soy por poder vivir y sentir todo esto…
Comentarios1
Quien reconoce que la felicidad está precisamente en esa simpleza ha crecido interiormente, no cabe duda. Es reconocer que “amor” es lo único que cuenta. Pensar que el ser humano solito se complica la vida fijándose en cuánta tontería!
Un gusto pasar a leerlo
Saludos amistosos de
Peregrina
Totalmente cierto, saludos y gracias por leerme!
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