Mis ojos son tus cascadas
y perlas las gotas
que de ella emanan.
Mi boca es tu trompeta
anunciando tu palabra
que atraviesa como espada.
Mis manos son la fuerza
aplicada a tu maestranza
en pie de la batalla.
Mis oídos son la entrada
al gozo de mi corazón,
al oír tu meliflua voz.
Mi naso es el discernir
del aroma o hedor
que exhala del justo o pecador.
- Autor: shao (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2022 a las 15:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
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