Con su mismo...

De un ataque de compras. 

—reflexión somera 
sobre el consumismo. 

Intentando evolucionar 
desde el consumismo
al con su mismo...

Rebajas de enero,
de febrero, de marzo,
de mayo, de agosto,
de navidad, de adviento,
de pentecostés, de ceniza,
de cuaresma, y una resma
de papel que va al tiesto.
Pasar de tres a cuatro camisas,
zapatos para el lunes, martes,
otro par para el miércoles,
para aparentar otro par
el fin de semana, no repetir,
que no parezcamos pordioseros,
que el otro se acerque a la opulencia,
no ser un don Nadie, no sea 
que seamos segregados por la manada. 
Ser perteneciente, ser aceptado, éxito
a toda costa, ser digno de ser mirado,
ser considerado es ser tocado, acariciado,
ser crisol y receptor de cariño, el afecto
es lo que mueve el mundo y con él al hombre
—y a la mujer también, no se nos suban
a las barbas los inclusivistas—, pertenecer,
el mono también necesita pertenecer
a su estirpe, sentirse pertenecido, querido,
figurar ante el otro como capaz de llevar,
de ostentar, de comprar, de alcanzar un nivel,
qué más me da el planeta cuando haya muerto...
La vida es ahora, la capacidad de la tierra 
es inmensa, ha sobrevivido a los mayores
cataclismos que pueda imaginarse y ahí está
—como la Puerta de Alcalá— viendo pasar
el tiempo, quién soy yo para conducir
a algo tan grande al abismo ¡Yo, cosa tan pequeña!
—Se me ha venido a la mente el discusivo
diálogo al que asistí en esta casa recién -como 
dirían mis compadres del otro lado del charco-
y me han entrado ganas de aprontar un soneto,
ver si tengo la capacidad para hacerlo. No soy
capaz, lo confieso, porque mi inteligencia
va con mi voluntad, y esta ha pedido divorcio.
Sigo con la canción...
Rebajas de enero, febrero, na na na....