Piedra, papel y tijera

Si las cosas continuaran siendo un juego de niños,
Como pájaros escondidos deseando crecer para volar en un mundo de adultos,
Que gota esparcida por los árboles, reposan en la tierra, 
Ecuánimes de tacto alegre en el dorso a cuerpo,
Esperando a que un pequeño rayo de sol, se pose y los ilumine por el resto de sus vidas,
siendo fieles creyentes el tatuaje falso,
de los trajes, personajes que apenas existen en el subconsciente,
de la calificación a tinta indeleble que no borraba la energía del corazón para salir a jugar,
masticando el sabor dulce de la vida en cada mordisco,
bailarines innatos de suplicante brillantina exterior,
pisando hojas secas por todos los bordes con tan solo caminar,
volando por los aires en cada sueño, 
ocultos del espíritu que se esconde tras el armario e intenta comernos de noche,
para crecer y dejar que nuestros peores temores vivan ocultos en la voz interna que retumba en la cámara detrás de nuestros ojos,
que repite los miedos del pasado, los errores y se escuchan en los ojos de aquellos que nos miran, 
a oídos sordos caminamos tarareando, tratando de esquivar la verdad de que esas bocas que hablan, dañan, matan, 
porque son los mismos labios de quienes dicen que nos aman,
pobre niños, tan temprano dejan la rayuela, el trompo,
para que una noche de cualquier jueves despierten con la peor pesadilla de 
ser un adulto.