Un caserío
estaba abandonado
y solitario.
Cerca del bosque,
al lado de un gran río
que le besaba.
Allí nacieron
los niños del relato
que nos ocupan.
Y allí aprendieron
el habla de las aves
y el de los bosques.
El grave cuco,
los robles señoriales
y los castaños.
También las hayas
crecían en parcelas
junto a los pinos.
Cuervos y alcones,
águilas y palomas,
todos charlaban.
De aquel jolgorio,
crecieron y aprendieron,
día tras día.
Luego crecieron,
marcharon por la vida
a la ciudad.
Pero, sin duda,
guardaron el recuerdo
del caserío.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/05/22
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2022 a las 08:10
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Poeta al atardecer., Mauro Jesús (mallito)
Comentarios1
Una buena manera de introducir la historia a través de la poesía. Saludos gaditanos.
Gracias Lauropolis.
Saludos desde el norte.
Nos leemos
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