Curva macabra y peligrosa

jorge enrique mantilla

Curva macabra y peligrosa

 

Viajando por una carretera angosta, se me apareció de pronto, una curva peligrosa

El vehículo se detuvo en forma estrepitosa, apagándose con chirridos caprichosa

Un escalofrío inundo el cuerpo, con mirada desviada, desorbitada, oscura y brumosa

La curva la cubría el horizonte, de naturaleza verde, esplendorosa y frondosa

El cuerpo empezó a sudar a borbotones con estremecimientos angustiantes, nerviosa y muy copiosa

De pronto una neblina densa, lentamente avanzaba, temblorosa y miedosa

Se elevaba sobre la curva con un esplendor de una tarde miedosa y temerosa

Una ráfaga de aire la envolvía, de celos raros maliciosa

Avanzaba danzando sobre la vía angosta, silenciosa y algo misteriosa

Rodeó el vehículo con su danza y baile, moviéndose como bailarina majestuosa

Se enardecía el ambiente, con una cautela rara maléfica y espantosa

La neblina se fue aclarando, dejando ver una figura brillante y luminosa

Con vestimenta de enaguas de nieve, desfilando en silencio con ademanes ceremoniosa

Daba vueltas en remolino, despaciosa con ritmo melodiosa

La tarde caía en su ocaso con arreboles de colores, anaranjados borrascosa

La curva peligrosa se tornaba en delirios, de gritos sin ecos, dolorosa

La enagua blanca y transparente femenina, cubría aquel cuerpo con temores de llantos angustiosa

Su cabellera larga y negra arropaba su rostro siniestro, cadavérico y horrorosa

Hacía señas con sus largas y huesudas manos, como sombra en penumbras sigilosa

En aquella curva peligrosa, de aquella carretera solitaria, el ambiente era de miedos escalofriantes y de pavores azarosa

Salían olores a flores negras y marchitas, de conjuros y pócimas macabras, fantasiosas

El ambiente se tornaba en espeluznante y macabro, de adefesios, de espantos contagiosa

Un ventarrón en remolino arreciaba con fuerza, levantando aquella figura esquelética fantasmal, como burbujas espumosas

Se acercó demasiado al vehículo y abrió con sus huesudas manos la puerta, con un ruido en demoníaco estrepitosa

Me saco del cuello, estrujándome como muñeco en forma feroz, estruendosa y tempestuosa

Abrazó y arropó mi lánguido y agonizante cuerpo, danzando en vueltas con pánico horroroso y parsimonioso

Y allí en medio de la claridad del ardiente ocaso, me clavó sus afilados colmillos de su calavera fantasmagórica, luctuosa

Su engendra y esquelética figura, era siniestra, escalofriante, pavorosa, de humores y olores apestosos, infecciosa

Sus enaguas blancas se tiñeron de sangre manchada, del puñal traicionero facinerosa

La densa neblina se fue esfumando lentamente con sus enaguas, dejando ver su esquelética y maléfica figura, despaciosa

Y allí quedó abandonado con la puerta abierta el vehículo, en la curva demoníaca vertiginosa

Sólo se notaban vestigios de gotas de sangre, de aquella espeluznante muerte, sin sepultura macabra y de estupores escandalosa

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga, marzo 06-2022

  • Autor: Joreman (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de mayo de 2022 a las 12:27
  • Categoría: Fantástico
  • Lecturas: 39
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.