A veces era tan mía,
como mío es el viento
que corre sin ningún destino
y pernocta,
donde se detienen sus pies cansinos
de montaña y valle.
A veces me quiso,
tal vez como yo la quise
o no tanto,
o viceversa;
pero salíamos a volar
donde nos llevaran nuestras alas;
atónitas las miradas
de los que estaban en el suelo.
A veces éramos agua y fuego,
ardiendo en un Gehena interminable,
extinguiéndonos,
apagándonos,
para volver a encendernos
en un mar de sábanas
y torbellinos de besos,
dulce bocanada de aire nuevo.
dulce bocanada de aire nuevo.
A veces era agua,
fresco manantial,
en medio del desierto
y a veces era tormenta de arena
para mis labios resecos,
pampa yerma salada,
pedernal, efigie y deseo.
A veces era verano
y otras tantas,
crudo invierno,
primavera en mis manos,
ocre otoño
en mis adentros,
jardín florido en las palmas,
en lo secreto,
aguacero.
A veces fue todo y nada,
fue cielo abierto e infierno,
a veces resucitaba
y otras veces moría
en la antesala de su pecho,
poema escrito en mis manos
y en mi memoria recuerdos.
A veces me llueve tanto,
por un rato,
ni más, ni menos.
-. PaR
Derechos Reservados
13052022
- Autor: Par (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2022 a las 13:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Nelly Castell
Comentarios1
Muy preciosos versos que me deleitaron, abrazos poeta.
Muchas gracias. Muy amable por leer y comentar
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