Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Y despertando temprano al amor lucimos
como la lumbre en un último suspiro
Se deduce el camino al exilio
aguijoneando escorpiones malditos;
es el atardecer broncíneo
ofreciéndonos yacer bajo su abrigo
Los amigos se han ido: estamos solos
tu y yo, que lo mismo somos
los únicos, los últimos, los primeros
pobladores de un mundo nuevo,
nuestro genuino invento, surgido de entre el humo
de un incendio que empezó con un beso
y se acabó con la creación de otro universo
Luces transversales
mojando las hojas de los árboles
Sombras desiguales
se desploman como ámgeles salvajes
Ecos contaminantes
casi asesinan el silencio en las ciudades
Inocentes criminales
ajenos a la ley del bien y del mal
se abstraen de sus cárceles mentales
lejos del placer de amar
Pobres almas torturadas
hablan las lenguas olvidadas
y gotean pena igual al agua
sin poder para hacer nada
Qué gran lástima! Triste es la vida!?
Compuesta por nuestras lágrimas está la mar bravía
Mas las sonrisas honestas esas asperezas suavizan
- Autor: Original Oriflama Infinita ( Offline)
- Publicado: 19 de mayo de 2022 a las 09:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.