Barandillas sueltas

César C. Barrau

En verdad no existe la nada
Siempre hay algo ahí enfrente.
Aunque en ciertos momentos
Sólo aprecio escasez, insuficiencia
Pasos sobre aceite, barandillas sueltas

Y cuando pongo la mano
Comienza a llover, me vuelvo
Y se desata la tormenta perfecta

No existe la nada, sólo es mi cerebro
Hueco por la falta de ideas, motivación
Proyectos, algo de vida cerca
Apreciar su ascensión, tomar referencia
Aunque sólo sea por animarme

Pero estoy sólo, decidí aislarme
Y sólo cuento con la mano de Dios
Un gato y los hijos, que van y vienen

Todo está bien, a veces me doy al amor
Incluso (diría) se trata de sublimación
No hablo de amor pasajero
Me refiero a ese que hace y deshace

Luego regreso a los proyectos, las ideas
Que tuve y quise dar forma
Siempre esperándome
De la mano, unas de otras
Queriendo ser todas la misma cosa

Pero he de descansar, hacerme de nuevo
Ya que estuve amando con intensidad
Tanto, que no existo, sólo en la mano de Dios


Y ni mi gato me reconoce
Y mis hijos vienen y van
Y por la ventana entra aire fresco
Limpio y puro, como caído de la cumbre

 

Parece una noche apacible
A ver mañana qué tal me va
Si la vida espera algo de mí
Estaré encantado de darle


Y aunque sólo tenga el aliento
Le daré la mano
Y le daré lo que tengo

César C. Barrau
12/05/2022

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