Sean los días, de azul metálico,
para quienes sean. Mas para mí,
quiero la noche, con su escombrera
de nombres y fechas polvorientas.
Podrá ser la noche, amiga de viejos
puñales olvidados, de rezos y plegarias,
a la salida del colegio, de amistades peligrosas
convertidas en ramas de aderezo.
Pero yo la elijo, como reina
de mis aposentos, cabalgadura de plata
tierra adentro. Sombra que me acompaña.
De latón ficticio, me parece la mañana,
con sus sombras erguidas a las puertas
de la jaula.
Hasta donde yo pienso, no perturban
tu pacífico silencio, más que el ruido
de antiguos muros y sillares, de catedrales
sin novicios, neófitos o principiantes.
Sólo preparo el incienso para las noches
que ocultan secretos; luego, navego por
las ondas suaves del sueño y me duermo.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2022 a las 22:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
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