Derecho de pernada (Soneto)

Antonio Martín

Dicen que hubo de pernada derecho,
el señor feudal, del cargo abusaba
y a sus jóvenes siervas se llevaba
en la noche de bodas, a su lecho.

 

Debía el novio pasar ese trecho,
la bola del orgullo se tragaba,
¡y ay del pobre, que esa ley no acataba
y dejaba al marqués insatisfecho!

 

La sumisión del siervo era un abuso,
triste doncella con pena y recelo,
poco importaba quien fuera el intruso.

 

La ley del fuerte que clamaba al cielo
vasallo y siervo, en un mundo confuso,
y la nobleza, fríos como el hielo.

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