A tiMá

IngLewis

Madre, 
No el mejor hijo, no el último
Pero la realidad madre, la realidad
Cuando la tienes ahí, cuando descubres ese holocausto oscuro y gris, todo te absorbe, 
Te ves rodando entre las tinieblas, te absorbes hasta el vacío
Eres nadie, eres nada
Polvo y más polvo,
Sumergido hasta lo más profundo 
Cual gusano de tierras abisales 
Descubres olores de muerte 
El Horror del infierno vibrante hasta la garganta, atrapado por las lágrimas 
Dejas a un lado cualquier gesto humano
Odio, resignación, ansiedad 
Depronto, no tan casual sino tan obvio 
Viene un rayito de claridad 
Te toma de las manos 
Te saca de la peste, te sube hasta la  profundidad  de las tierras altas 
Naturaleza,  aire, brisa,  libertad
Plena libertad,
Las luciérnagas en tus ramas,
Las estrellas en las flores 
Luz plena, Luz en el jardín de tu alma 
Aclara mucho más hasta la calma 
Hasta la paz, por donde brotan las gotas cálidas del amor, por donde no pasa la razón, por donde nace la verdad, justo ahí, en ese mismo sentido, 
En esa ruta volví
Y estoy aquí, 
Rendido ante tus adormecimietos 
Como sabes 
Volver para partir, partir para volver 
Nunca te volveré a decir adiós
Y en ese dolor sumergido 
No tan profundo 
Te pediré perdón.

  • Autor: Zoroastro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de mayo de 2022 a las 14:45
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 23
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.