El viaje tuyo
fue largo e imprevisto,
sin avisar.
Amanecí
y ya te habías ido,
eso dijeron.
Y aunque corrí
no pude divisar
ni a ti ni al tren.
Y allí quedé
cuidando de tus sueños
que compartía.
Pasaba el tiempo,
los años se caían
del calendario.
Y la distancia
formaba una barrera
infranqueable.
De pronto, un día,
ya era yo un anciano,
tú regresaste.
Venías sola,
oculta en liso traje
de duro pino.
Y te entregué,
tus sueños y mis lágrimas
con mi cariño.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/05/22
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2022 a las 08:15
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios2
PRECIOSOS DE BELLOS VERSOS
UNA ENTREGA DE LAGRIMOAS Y AMOR
Gracias Alicia.
Un saludo.
José grata es tú lectura gusto leerte saludos desde Ecuador bendiciones cuidate mucho juntos con su familia
Gracias Mauro.
Un abrazo desde España.
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