Acertaron los auríspices,
Aunque sonaba a extraño.
Era verosímil.
Por la derecha o por la izquierda
La pequeñez se agranda.
Era verosímil.
La bruticie vestía de lujo
En cualquier latitud.
Era verosímil
En la pantalla vestían,
Mientras por dentro sentían.
Era verosímil.
Quienes más, deliraban;
Quienes menos, penaban.
Era verosímil.
No se sabe de donde sale el corcel,
Ni como maneja el artista el pincel;
Porque el más notable permanece infiel,
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Autor:
Rafael Pérez Ortolá (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 3 de junio de 2022 a las 07:01
- Comentario del autor sobre el poema: Si al menos supiéramos cuando deliramos, pero tampoco; nos empeñamos en instigaciones de poco fuste.\r\nNecesitamos el reposo de mirar desde la atalaya sencilla para contemplar como actuamos.\r\nAl fin, delirantes o sufridores, vamos de la mano.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Miguel Reyes, José López Moreno., Mauro Enrique Lopez Z., María C., rosi12
Offline)
Comentarios2
Tu poema da para tanto que cada uno puede interpretar lo que quiera.
Muy bueno
Un abrazo
El asunto es perfilar bien el aterrizaje.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Te doy la razón no sabemos cuando nos da la ventolera de ser delirantes, y eso a veces trae problemas constantes.
Un abrazo
Efectivamente, somos muy propensos a las ventoleras.
Saludos, María.
Asi somos lo llamados humanos, y algunos carecen de humanidad.
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