Buscando en este mapa que es tu cuerpo
la senda de llegada hasta tu sexo,
perdíme en laberintos de cristal
que sabían a cielo, pan y sal.
Recé sólo esperando tu rescate,
mas disfrutabas viéndome en tus carnes.
Perdido, sin saber por dónde ir,
perdido, y a la vez siendo feliz.
Me alimenté de ti con la noción
de que si te comía yo, yo mismo,
lograría encontrar tu corazón.
Y así lo hice, lento, sin sufrir,
y ya cuando escuché el primer gemido,
supe que lo había encontrado... ¡al fin!
Iraultza Askerria
http://iraultzaaskerria.wordpress.com/
- Autor: Iraultza Askerria ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2010 a las 17:20
- Categoría: Amor
- Lecturas: 55
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.