Volver, a disfrutar la vida y agradecer por la fortuna de vivirla. Gracias por ser parte de la mía.
Una vez un viejo amigo,
Viejo de edad pero joven de espíritu
Y joven de ser amigo mío;
O mejor dicho, un amigo nuevo.
Me decía: (Patricia; la soledad
Para mí es mi más grata compañía.
En ella evoco mis más dulces recuerdos
Y más terribles pesares.
En ella reflexiono lo que hice bien
Y ella me castigo lo que hice mal.
Ahora tan cerca de mi muerte,
No puedo mentirme, ella no me deja.
Después de compartir y departir
Con amigos, conocidos y desconocidos
Regreso a mi cuarto a solas y estar solo conmigo, me enfrenta a mis demonios algunas veces y otras a mis más grandes amores y cariños).
- Y yo desde el otro lado de la barra; escuchaba atentantamente la diatriba
De aquel anciano dulce y sabio, el l cual vivía la vida a su manera; sin grandes preocupaciones o expectativas.
Trabajaba diariamente hasta recoger el diario necesario para arriendo y comida, y el resto del día se dedicaba a tomar tinto y fumar. Esperando pacientemente que abriera la taberna para ocupar su lugar favorito en la barra junto al tornamesa ,dónde se deleitaba escuchando su música favorita, (tangos y boleros). Después realizar su pedido de rigor, una cerveza bien fría y un cigarrillo. Siempre haciendo alarde de su filosofía de vida; simple y sencilla. Ser agradable y divertido, galante y respetuoso, pero sobretodo zalamero con las mujeres, quienes lo adoraban.
¡ Y como no! Si bailar tangos y Milongas de manera magistral era su carta de presentación. Compartía unos cuantos tragos con aquel que le agradase y debatía cualquier tema de manera exepcional.
Era un viejo zapatero llamado Alfonso, quien fuera el primero que ofreció su bienvenida y solidaridad , aquel domingo de mayo en que arribe yo a una tierra extraña. En un camión repleto de corotos y chucherías, cargada de ilusiones y buenos propósitos, después de sobrevivir al cisma, de mi separación y la pérdida temporal de mis hijos.
Y ahora luego de treinta años, aún retumban en mi cabeza, sus palabras.
"La soledad puede ser grata o ingrata".
Según sea como la afrontemos.
Ahoroe entiendo a don Alfonso y su filosofía simple y sencilla para sortear la vida . Sin enredos, sin argucias y sin ornamentos innecesarios.
Después de treinta años valoro cada momento que la vida me da en soledad.
Una soledad para reflexionar y cambiar.
Una soledad para sanar y avanzar,
una soledad para perdonar y perdonarme. Una soledad que dignifica y significa. Pues a partir de ella se contruye un nuevo comienzo.
Agradezco a don Alfonso por toda
Su sapienza, por todo su saber.
Un ebrio encantador y galante que se cruzó en mi camino y dejo una huella de admiración y respeto mutuo. Yo admire su simplicidad para vivir el día a día, sin apegos y sin vanidades, sin la necia necesidad de adquirir cosas o personas para amontonarlas en un rincón. "Y decir son mías, de mi propiedad".
Don Alfonso era muy ordenado en su rutina diaria. Se levantaba religiosamente a la hora que le daba la real gana. Trabajaba arduamente hasta el momento exacto en que juntaba el dinero para pagar la cuota de el arriendo y comida.
Y el resto del día se dedica a hacer remembranzas de su juventud, y a practicar su filosofía de vida . (una vida del mínimo esfuerzo). Sibarita y rodeado de amigos muchos y entrañables, pues cualquiera que corriera con la suerte de conocerle (como yo). Quedaba prendado de sus múltiples cualidades. Conversador, gentil, respetuoso, generoso y como si fuera poco con un humor delirante.
Aquellos días, procuró l atesorarlos en mi recuerdo. "Su simplicidad para vivir y ser".
Todo su universo era un cuartico con las dimensiones exactas para albergar un camastro pequeño y una desvencijada mesita de noche repleta de polvo y sobre ella algunas cosas de uso personal.
Lo único que poseia de tecnología era un viejo televisor de cajón sin botones para cambiar canales. Recubierto totalmente con una capa de polvo acumulado durante años o talvez siglos. Y haciendo juego con el decorado, un viejo ventilador de mesa ruidoso y bailador, el cual ya no se sabía de qué color había sido alguna vez.
En la puerta de entrada a su cuarto directamente desde la calle, a modo barra o mostrador, su banco de trabajo sorprendentemente limpio y ordenado, con las herramientas e insumos para desarrollar su labor de zapatero, labor que realizaba con maestría y esmero.
Don Alfonso vivía solo por decisión propia.Pues sé que tenía parientes e hijos en algún lugar. Y así quedó demostrado el día que desafortunadamente partió de este mundo. Y nosotros como sus amigos más cercanos e íntimos, formamos parte del proceso su sepelio y de los términos legales de su partida. Don Alfonso se enfermó una noche cualquiera, de una punzada en el pecho, y vía al hospital falleció en los brazos de Óscar mi marido. Su muerte dejo un vacío muy grande en nuestro club de admiradores, los cuales le acompañamos en el sepelio y el cortejo fúnebre.
Don Alfonso , a pesar de ser un viejo solitario y sin un centavo, recibió un sepelio majestuoso y nadie tuvo la necesidad de mendigar para cubrir los gastos, bastó colocar una cajita encima de su ataúd y al momento de retirarla para contabilizar el dinero, sobraron algunos pesos para entregar a sus dolientes que vinieron desde lejos a despedir su cuerpo. Los cuales también heredaron sus herramientas de trabajo. A los más allegados les tocó parte de su fortuna, el viejo televisor de cajón sin botones y el ventilador ruidoso y bailador, que ya no se sabía de qué color había sido alguna vez.
A mí por fortuna me correpondió su más preciada posesión, un poncho antioqueño, que hacía parte de su ajuar de los domingos. Cuando era invitado a manteles por sus amigos señorones a comer frijoles en sus casas, los cuales eran muchos y muy frecuentes.
Hasta ese instante fue enseñanza para mí, la vida y muerte de nuestro querido viejo zapatero. Honró hoy su recuerdo y agradezco a la vida haber tenido la fortuna de conocerle. El me enseñó que lo valioso de la vida no son las cosas materiales, sino las personas y las experiencias vividas. Y qué cómo afrontemos la soledad es una decisión personal, que puede ser positiva o negativa según sea el caso.
Hoy retrocedo en la memoria y me siento complacida de haber hecho parte de su soledad mi querido viejo Alfonso.
Martha Patricia-arauca- junio-2022
- Autor: Pabby (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2022 a las 20:04
- Comentario del autor sobre el poema: Una historia de vida, de mi vida algo que comparto con cariño y respeto, que lo disfruten amigos se les quiere. Abracitos
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Aliscrist ✨, lacarmentere, alicia perez hernandez, Ann🌼, WandaAngel, Alberto Diago, María C., Antonio Martín, Maribel del Ser
Comentarios5
Siempre hay personajes que se cruzan en nuestro camino, con esa sabiduría y refranes que nunca vamos a olvidar. Me hiciste recordar personas que he conocido con su respectivo toque especial.
Un bello saludo ✨
Gracias amiga por visitarme y por tu comentario. Abracitos.
"La soledad puede ser grata o ingrata".
.....................
Yo pienso lo mismo, la soledad se agradece pero tambien se padece en soledad el abandono no de familiares, sino el abandono interno que te ves a ti mismo a cierta edad con tus Demonios y tus Ángeles que están peleando por ti y tu te sientes DESAMPARADA en esa SOLEDAD. Placer leer tu relato.
Apapachos Martita
Apapachos para ti mi Aly querida, grato es saludarte. Abracitos
Una historia de vida con una gran enseñanza. Una vida y una muerte que no saldrá en ninguna noticia pero que deja una huella en quienes lo conocieron y recibieron la sabiduría de quién no necesita nada más, ni nada menos, que compartir momentos para sentirse afortunado.
Bonita historia. Gracias por compartirla.
Abrazo 🥰
Gracias a ti por tu visita y comentario un abracito apretadito. Amiga.
Hay ángeles que se cruzan en nuestro camino, pero duran poco, la SOLEDAD es cierto a veces es necesaria otras veces es dolorosa, otras la buscas imperiosamente la necesitas, y la soledad entre la multitud esta es tremenda.
Un abrazo triple.
Gracias amiga Maria, espero que grato saludarte, espero que saludes a tu reina y un abracito.
Merci querida queda saludada de tu parte.
Esas personas cargadas de sabiduría y que tanto aporta a las personas, a día de hoy parece que no importa, lo que se lleva ahora es ser influencer, youtuber etc... Me ha gustado esa historia de Don Alfonso.
Saludos
Gracias amigo, abrazo por tu visita y comentario. Saludos cordiales para ti. Las relaciones interpersonales eran más gratas a la antigua sin tanta tecnología de por medio, pero había más que para decir y hacer. Abracitos
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