Un dios mal amado.

No puedo decirte tan fácilmente que me haces falta, por que no estoy acostumbrado a extrañar a alguien, pero te extraño.

Mis noches sin ti son eternas y mientras pasa el tiempo sin ti solo me hundo en el alcohol y la weed, quizá esto no esté bien pero lo hago igual por que me da ansiedad no tenerte aquí, conmigo.

Te deseo, de todas las posibles maneras humana y no humanas.

Pero soy un desastre como para hacértelo saber.

Pienso en ti y me atrevo a soñar despierto, me atrevo a pensar que yo podría hacerte feliz.

Y es que estar parado frente a ti, admirando tu mirada, tus labios y ese sexy lunar que te caracteriza de una forma tan peculiar me hacen pensar que eres todo lo que mi vida necesita para por fin estar en paz y decirle adiós a esta maldita soledad.
Después de todo este tiempo que he disfrutado contigo me preguntó, que podría salir mal entre estos dos desconocidos mal aventurados en el amor?

Te he contado parte de mis encuentros, tu me haz contado los tuyos, ambos sabemos a la caravana de fantasmas a la que nos enfrentamos, a ese laberinto de nostalgia por el cual hemos caminado.
No te haz puesto a pensar que tal vez nos ha ido mal en el amor para ir coleccionando manuales de como ser felices tu y yo?

Hemos mendigado cariño, besos, abrazos a personas que nunca lo merecieron.
Y los dos, nos merecemos saber que es esto?

Lo sé, si cruzamos está barrera invisible no habrá vuelta atrás, pero está química sexo-magica es un buen indicio.
Después de la mierda que hemos comido nos merecemos el mundo cariño, y no solo ser unos simples mal aventurados del montón.

Míralo de esta manera, ya estamos desnudos sin habernos quitado nada...
Solo nos basta con pegarnos un poco para que la pasión haga lo suyo.
Te gusta hacerlo fuerte al igual que yo, te gusta beber y fumar weed para terminar con la mente borrada sin saber nada y simplemente disfrutar lo que nos brinda nuestra compañía, al igual que yo.

Yo soy feliz cada madrugada que despierto y te veo ahí a mi lado, durmiendo en paz y descansando después de habernos divertido tanto la noche anterior.
Si no fuimos echos para disfrutarnos comenzaré a pensar que el mundo fue inventado por un dios mal amado.