ViAJE SIN FIN III

rosi12

 

DE HAIFA AL PIREO

Dentro de la gente conocida en el kibutz llega un voluntario argentino, que anteriormente, había trabajado en un moshav, se apellida Rubinstein, usa gafas oscuras negras y disimula con ellas,una acné bastante importante, como para cubrir parte de su cara.El me comenta que su deseo es seguir conociendo el mundo, tenía un libro, con las zafras de la recolección de frutas, de toda Europa, y pretende llegar así , hasta Asia.

Me entusiasma la idea,  conocer Grecia, con un sentimiento muy importante. En el secundario ,el profesor de historia, Pittaluga nos había logrado transmitir, esa pasión y amor hacia la cultura helénica, y, me llamaba la griega, por la semejanza de mi apellido, al parnaso…..La idea era recoger naranjas, a la isla de Creta, por lo que tomaríamos un buque, que duraría tres noches para llegar al Pireo.

Había tres formas de viajar camarote individual, colectivo y cubierta, este el más económico.Con mi sobre de dormir, nos embarcamos, antes tuve que pagar una multa por excederme de los tres meses que dan a los turistas, vendí hasta las fichas de teléfono que tenía, siempre al recordar esto, me arrepiento de no haber conservado una porque eran muy bonitas con un agujero en el medio y servían para el teléfono público.

Mis dineros fueron reducidos, para viajar únicamente con cincuenta y cuatro dólares americanos.

Una ínfima cantidad, la primera noche dormí en cubierta como la gran mayoría de jóvenes que se trasladaban, tenía unas cuantas mandarinas que me había dado Rami, para el viaje, el nunca dio su aprobación de esta aventura porque apenas conocía a Rubistein y temía que no fuera de confianza el programa.

La maleta quedó en Israel y viajé si esta vez con un bolso de mano .La primera parada fue en Chipre, gente que bajó y otra que subió. Si bien era verano, también soplaba el viento en cubierta, así que bajé a la cafetería, donde habían mesas redondas, la gente fumaba y había una televisión, allí veo sin entender nada porque era en griego, la cara de Sanguinetti.Entonces, recurro a un joven que había sentado, para que me tradujera, y me dice que en Uruguay luego de una larga dictadura asumiría Sanguinetti, presidente electo por la actual democracia. Yo contenta, le dije que era uruguaya y él se interesó de conocer por primera vez a alguien, de tan lejanas tierras, me invitó a la noche, a cenar, que luego habría baile, -¡que mejor plan .!

Efectivamente, el joven bailaba a las mil maravillas, la danza griega es de gran lucimiento del varón.

Así que expectante lo aplaudí, el me contó que hacía varias veces ese viaje y que también primero había viajado en cubierta pero las cosas habían mejorado y se bajaría en Rodas, que su camarote quedaría libre, hasta el Pireo.  Rodas es una isla de ensueño, bajamos por unas horas y nos dio tiempo de recorrer un poco su fortaleza ,  es realmente bella. Seguía en contacto con la gente de cubierta, la mayor parte latinoamericanos, que iban a seguir viajando por Europa en tren. Rubinstein, callado y siempre con sus gafas negras, aún en la noche, estaba entusiasmado, y me dijo que comería suvlaki, que ya iba a ver que me iba a gustar ….que lo hacían diferente al de Israel. Al bajar en el puerto yo con mi escaso dinero, fui a cambiar travells cheqs, en moneda del país, el dracma, y perdí de vista a Rubinstein.

Igualmente al hospedarme en un hostal en Plaka, que es la parte antigua de Atenas y siendo todo tan pequeño lo volví a encontrar.

Me dijo que el iría al puerto del Pireo, que era donde se podía cambiar a mejor precio los dólares.Entramos a un bar y cuando nos oyeron hablar, se acercaron dos muchachos un chileno y otro griego, marineros, nos invitaron a almorzar en un restorán cubano.Yo quería aclararles que no tenía nada que ver con Rubinstein , que se puso a comer sin parar, ni hablar, y por vergüenza ajena, porque un poquito de educación estaba faltando con la invitación a comer.El chileno me dijo que se casaba conmigo, que él estaba viviendo en casa del griego que estaba casado y tenía un bebé recién nacido. Vivían como en las afueras, del puerto y estaba esperando embarcarse.Me pareció muy loca la propuesta, de entrada, ni lo conocía, y me dijo que también podría irme a vivir con los chiquillos, que vivían en un piso, en el Pireo. Me dio su dirección volvimos al hostal, y la recepcionista alemana, me dijo que dejaría su puesto que hablara con Sotiris para que tomara su lugar. Si me previno que no le aceptara ninguna pastilla. Sotiris, era el dueño del hostal 2001, que además a la noche, funcionaba un bar donde se vendía cerveza tirada. No venía mucha gente, igualmente por la noche alguno que venía de afuera, o los que se alojaban en el mismo hostal. También había un pasadiscos,  que a la alemana le gustaba poner, para mi eran totalmente desconocidos, el grupo strangler…Fui a conocer a los chiquillos, eran cinco marineros, que vivían hacía algún tiempo, pero estaban ansiosos de embarcarse ya que en tierra iban gastando sus ahorros, además de enviarles el dinero a su familia en Chile.Gustosos y muy caballeros tenían una cama al lado de la puerta de entrada, que podría quedarme allí por una módica suma. El trato con el ellos fue muy educado, y afectuoso y para ellos intercambiar con una jovencita su mismo idioma. Uno de ellos me dijo que estaría muy bien con ellos, eran muy respetuosos que estaban acostumbrados a estar embarcados por largo tiempo, y respetaban a la mujer, por encima de todo.

Yo trabajando en el hostal si dormía allí, se me descontaba una parte del jornal, si me iba tenía el jornal entero.Así que algunas noches iba a lo de los chiquillos.Ellos me hablaron del capitán que los contrataba, que tenía familia y buscaba una niñera para sus hijas. Fui y la señora había dado a luz, a Amalia de dos meses, y tenía una pequeña de tres años.Yo iría a las nueve de la mañana y saldría a la tarde para cubrir el trabajo del hostal.En ese momento en Grecia, en Atenas, no se pagaba el boleto del autobús antes de las ocho de la mañana, así que madrugaba un poco y salía haciendo tiempo en la playa hasta entrar a la casa.Era la primera vez que cuidaba una bebé y aprendí mucho la madre me enseñó cómo hacerlo.La idea era que cuando el marido se embarcara, yo me quedaría en la pieza de arriba , en la azotea a dormir. Ella le daba leche de fórmula y agua de arroz, cosa que la tenía muy estreñida .Le dije que el agua de arroz, no era tan buena, por ese efecto, a lo que me respondió que ya lo hacía su madre y ella lo había hecho con su hija también así .No pude discutirle, ante su posición. En el hostal, era un trabajo liviano, pero no tanto con, Sotiris, que me invitaba a cenar, que me decía que al otro día iba cantar como una canara,.El dormía en un cuarto del hostal con un joven alemán, punk, que lo ayudaba a él en sus menesteres, y creo que le recordaba a su hijo. Ya que se había casado con una alemana y luego ella volvió a su país y no lo volvió a ver, ni a ella, ni a su hijo. Yo no quería saber nada de citas, y le dije al joven que aceptaría la invitación si él también iba.Es así, que una noche nos fuimos los tres en la moto, hasta un lugar típico, donde vi como los griegos la pasan bien comiendo y bebiendo ouzo o metaxa  y bailando rompiendo platos contra el suelo. Fue una noche espectacular y por supuesto que yo volví a mi cuarto sola. Sotiris, golpeaba la puerta, pero no abrí e hice como si nada al otro día. Como había habido elecciones en mi país me dirigí al consulado para saber cómo, tenía que proceder, Estaba el vicecónsul, ya que el cónsul estaba de viaje.Este me dijo: que no tendría ningún problema acreditando que estaba fuera del país. Me invitó para cenar con su señora, a una pizzería, allí me convencieron, de que no me dejara explotar por los griegos y fuera a trabajar de niñera a su casa que tenían dos niños y al final del año, entraría como empleada de la embajada y pagarían mi pasaje de regreso. Demasiado redondo , para ser verdad…En el departamento de los chiquillos, había un almacén en cruz en la esquina, y fui para comprar algo, a lo que un señor, me dijo en perfecto inglés como no tenía frío en los pies, porque andaba en chinelas a lo que dije: que no, estaba acostumbrada.El tomaba café, y me dijo que era shippbroker, que tenía su oficina a mitad de la calle en Tombazi 8, y que necesitaba a una secretaria que supiera idiomas.

¡Fantástico, las oportunidades de trabajo no faltaban!, cuando subí a la oficina también era la casa de Costas, me convidó con un wiskey en las rocas, es decir con hielo. Hacía tiempo que no bebía y pronto se me subió a la cabeza, desinhibiéndome fácilmente, hasta estar atrapada en su cama. El flechazo fue mutuo, porque era un caballero con todas las letras y además de todo, poeta.La Navidad la pasé con los chiquillos, con una cena muy rica preparada por el cocinero del buque, que no vivía allí. Y el fin de año con Costas, que trajo una rosca que es habitual allá comer, le introducen a la masa un anillo y al que le toca es su año. La dividimos entre los integrantes de su familia, y los de la mía, y le tocó el anillo a Christos, que era su hijo menor.

El tenía una hija con una mujer siciliana y luego se había casado con una abogada griega y tenía dos varones. Sufría bastante porque los veía poco y su situación económica no era la mejor tampoco…Empezaba el frío tenía poca ropa de invierno, en una de las cartas le pedí a mi madre que me mandara algo por encomienda unas botas, y ropa de abrigo.La situación del hostal versus ,la niñera del capitán no resultaban tan atractivas, como irme de niñera con cama a lo del vicecónsul , y lo más atractivo volverme a mi país a fin de año.Así que si fui para allí, los niños contentos, ellos me los habían descripto al mayor, como un pequeño demonio, pero no era para tanto.Jugábamos a la pelota en el jardín. El pequeño bebé con la filipina, con sus cuidados, le limpiaba la cola con aceite y estaba totalmente escaldado, el pobre, allí apliqué mis conocimientos con la madre griega, y pronto se mejoró. Lo bañaba sola, la madre sorprendida como me había arreglado para hacerlo, como no le había pedido ayuda. Pero es que ella le prestaba más atención a sus perros caniche y setter, que a sus hijos. Y de tarde se encerraba con un caballete,  a pintar al oleo. Que era también mi cuarto donde dormía. Es decir pronto me gané el cariño de los pequeños y también del padre que empezó alabar todo lo que yo también cocinaba, Almorzaba con ellos, ellos discutían como toda pareja de tonterías, yo sentada en la cabecera. Y yo quedaba en el medio y me cuestionaban, para que le diera la razón a uno u a otro. En eso, veo un sobre con una dirección que conocía a la perfección porque había escrito varias cartas a mi amiga Laura, a lo que la señora me dice si es la tarjeta de casamiento de mi hermano, al abrir veo que se casaba con mi amiga. ¡Ohhhhh sorpresa!…..Ella sin dar ningún justificativo, al poco tiempo me echa, no se adjudicó que no era lo que esperaba, y otras pavadas más.

Y se encerró en el cuarto, con los perros, sin pagarme, yo más que sorprendida, hablaba en la cocina con la filipina que nunca habían despedido…y ella no se quería meter en nada, les tenía miedo….Abochornada y desdichada ya que había dejado varios trabajos por aquel, y la respuesta fue una patada en el ojete.Me sentí tan mal que volví al Pireo, a la casa de Costas.El trató de consolarme , pero mi situación era pésima, había hasta olvidado el número de teléfono de mi casa.Por suerte tenía anotado el número de la señora uruguaya que vivía en Barcelona, que me pidió el teléfono para llamarme, ya que me habían prestado un teléfono para que hablase, desde un teléfono fijo de un amigo de Costas. Ella me tranquilizó que se pondría en contacto con la oficina, la sucursal que estaba en mi país, que localizarían a mi padre para pedir un s.o.s En una semana yo tenía mi boleto de regreso, previo pasando por Barcelona, tres días, donde había quedado una maleta, estuve en casa de ellos. Recuperé, la parte del saldo de una cuenta, como para hacer algunos obsequios a mis seres queridos, después de un año y medio sin verlos y con veinte kilos más de los que me había ido.A los años supe por mi amiga, que eso de despedir a las empleadas, del consulado era su modus operandis,  engañar a jóvenes y dejarlas de un día al otro en la calle, en un país donde uno es extranjero y los que nos representan unos sin vergüenzas.

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  • Autor: rosi12 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de junio de 2022 a las 15:05
  • Comentario del autor sobre el poema: Todos los textos están registrados.Con un saludo cordial , tengan los poetas, de poemas del alma un buen comienzo de semana.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 27
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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