Recuerdo nuestras charlas,
en el Centro Brasileño.
Eras una garota gentil,
amable con tu dulce acento
brasileño.
Había charlas, pareceres y cafés.
también con tu esposo
abogado argentino.
Así se gestó nuestra amistad,
en atardeceres culturales,
confidencias y saudades
de Río de Janeiro,
donde moraba tu padre.
Siempre hablabas de él
con filial afecto.
Para tí no era sólo el gran escritor,
nominado aL Premio Nóbel
de literatura,
iniciador del modernismo
en Brasil.
Era tu padre, qué mas.
Siempre me invitabas a tu casa
en Rio de Janeiro.
No recuerdo qué me anclaba
en Buenos Aires,
y lo dejé para más adelante.
Siempre creemos
que somos inmortales.
Un día en Buenos Aires,
recibí
una triste noticia.
Habías muerto en Brasil
María Julieta.
Ya no más charlas.
Ya no más confidencias.
Ya no más alegrías.
Y yo que no acepté,
visitarte en Brasil,
perdí la oportunidad,
de vernos nuevamente.
Te debo una reunión
amiga.
Ocho días después,
tambien murió tu padre,
el gran escritor
Carlos Drumond de Andrade.
Ahora, siempre estarán juntos
en la eternidad.!
- Autor: Paleornis (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2022 a las 16:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Jota Isak
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