Por Mario Luis Altuzar Suárez
Viendo: La persistencia de la memoria,
conocido como Los relojes blandos o
Los relojes derretido
Del Divino Salvador Dalí en 1931
Agotado el tiempo
En los endebles relojes
Doblegados por indiferentes
Espacios vacíos que
Cuesta trabajo creerlo
Alguna vez estuvieron ¡vivos!
Cuándo los unicornios
Trotaban las alegrías
Cuando los pegazos
En el aire cabalgaban
Nuestros sueños
En la grandeza de sentirnos
¡Los Divinos Hombres!
Amos y señores de la Creación
¡Tan soberbios arrogantes!
Sentimos de nuestra propiedad
Incluso a la Muerte
Que sonriente en esas Montañas
Las que eran verdes y azules
Por los árboles, por el agua
Agotaron su tiempo, ¡nuestro tiempo!
Convirtiendo al Vivo en un Muerto
Desapareciéndose el movimiento
Hasta que todo estuvo quieto
¿Qué si cuesta trabajo creerlo?
Está presente la realidad surrealista
De haber desperdiciado, destruido
La parte del Universo convertido
Metamorfoseado en candente infierno
Ese Paraíso que candorosamente
¡Ja! ¡ja! ¡ja! ¡Creímos eterno!
Ahora... Doblegados, estamos doblados
Por indiferentes espacios vacíos, oscuros
En este lugar, tan frio, tan inerte
Tuxtla Gutiérrez, Chis., México, a 1,295 del oscuro obradorato
- Autor: Mario Luis Altuzar Suárez ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2022 a las 17:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
Interesante reflexión
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