Hay dos lados intrínsecos.
Lo deseoso, brillante y amable. Lo que anhelamos.
La luz que nos guía en nuestro camino.
Nos entrega fuerza y construye un futuro.
Eres tan radiante, con tu hermosa sonrisa y alegría.
Por el otro bando, eres estabilidad.
Brillas tenuemente, bailando al son de la oscuridad alrededor tuyo.
Mantienes el rumbo de la gente y buscas su bienestar.
Tu elegancia promueve seguridad y confianza para avanzar.
Pensamos que podemos ser uno o el otro.
Nos clasificamos en alguno de estos.
Siempre conocemos a alguíen así.
O somos así.
El darse cuenta de tu propia importancia en el mundo es vital.
Para mí, que solo soy un satélite orbitando al mundo.
Tú, aquel que me provee identidad y me ilumina con su cálido amor.
Te anhelo y deseo, incluso aunque lo vea imposible.
Yo, que desde mi esquina y lleno de un camino manchado.
Hasta te he involucrado en mis pecados, los cuales recuerdo.
Me pregunto cómo es que aún puedes sonreírme tan alegremente.
Y puedes quemarme, recordandome mi pasado lejano.
Yo seguiré deseando poder tocarte. Fundirme contigo.
Ser uno solo. Como el Yin y el Yang.
Aunque tu humilde servidor sea considerado un Sol.
Tú siempre serás mi Sol. Aquel que deseo con locura
y buscaré hacer feliz en cada momento que esté conmigo.
Te amo, mi lindo y amado Sol.
- Autor: Milash ( Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2022 a las 01:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez
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