Me siento como un muerto,
Un alma en pena en soledad.
Ya no tengo vida, solo tengo huesos;
No tengo sentimientos ni dolor.
Camino por los valles de la muerte,
En ese frio sepulcral del cementerio.
Acompañado por los buitres,
Debajo de esta oscura noche,
Las sombras de las catacumbas me atormentan.
Soy la rosa marchitada de mi tumba,
Semilla envenenada del fruto oscuro.
La muerte de bosques desoladores,
El cadaver encadenado y maltratado.
Mi esqueleto ya no es nada,
La carne putrefacta esta podrida,
Y mi piel seca se la lleva el viento.
La lluvia es mi amiga, mi protectora,
El angel de la guarda que me cuida.
Los cuervos picotean mi lapida rota,
Mi esqueleto se une a otros cuerpos,
Y descanso en el ataud del olvido;
En la inconmensurable boveda gris.
Adios a mis amigos, seres queridos,
A todos los que ame y he querido,
Y perdono a los que no me quisieron.
No tengo nada, solo soy un esqueleto,
Con un ramo de rosas en mis manos.
Todos los derechos reservados Made by G. Celayes Caballero
G.C.C.
- Autor: El caballero del poemario oscuro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2022 a las 22:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Lincol
Comentarios1
Y como dicen... Solo venimos y solos nos tendremos que ir, al fin y al cabo, una vez muerto, hasta la ropa nos ponen. Sentidas y profundas letras.
Un placer leerte, amigo Gonzalo.
Gracias por leerlo amigo Lincol! Y es tal cual, la muerte nos llega a todos sin que lo esperemos, por eso hay que agradecer por estar vivos.
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