Tarde de invierno

Y solo se una cosa, lo he descubierto en el filo de esta tarde de invierno. Mientras las gotas caen de mis párpados y en la tierra... 
Estoy exhausta de creer que todo puedo. Porque ahora se que aún soy demasiado joven, demasiado imperfecta. He cometido cientos de errores, y los que aún me faltan. Pero sé, en lo más profundo de mi yo coherente y mi demencia, que si he de querer, en cualquier momento y de cualquier manera, quiero que sea de la forma más sincera que pueda. No quiero comprar amor ni venderlo, ni por mucho que ofrezca, ni por mucho que luzca. Quiero únicamente lo que este tocando a mi puerta, y lo dispuesta que este de abrirle cuando sea, a la hora que sea. 
Cuando las estrellas lleguen, cuando el vapor de las nubes grises cesen, tanto en mis ojos como en la tierra.