No me engañes. Te sigo.
Seré tu niño interior.
Si ángeles y adultos
se ponen celosos,
no temas:
juguemos al matrimonio.
Natalino, carne cándida
bañada en amor, te adoro,
también te deseo.
Mi nombre es Nathalie,
la niña de tus ojos,
cual Virginia Clemm
a su Edgar Allan Poe.
¿Pretendes amarme?
Tú mi Mary Gray,
yo tu Lord Byron.
“Muévete, viajemos”, decías.
Me tomas, me dejas,
me vuelves fugitivo.
No me dejes, por favor.
Te besaré cual mariposa.
¿Sabes algo? Eres único.
Te amo tanto, tanto, tanto,
que en nuestro lecho
tu madre preguntará
por qué te hago “daño”.
- Autor: Francisco VV ( Offline)
- Publicado: 24 de junio de 2022 a las 14:21
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, María C.
Comentarios2
No me engañes. Te sigo.
Seré tu niño interior.
Si ángeles y adultos
se ponen celosos,
no temas:
juguemos al matrimonio.
............................
INTENSO Y BELLO
SIEMPRE hay que seguir a ese niño interior que todos llevamos dentro
SALUDOS.
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