Esta calurosa tarde me encontraba durmiendo la siesta cuando un estridente sonido de trompetas me ha arrancado del sueño abruptamente. Todavía medio adormilado, he dado por válido que entre la pandemia, la guerra de Ucranía, la inflación y demás desgracias, las trompetas del apocalipsis anunciaban el cataclismo definitivo. Después de presignarme, he abierto la persiana para asomarme a la calle y he respirado tranquilo al comprobar que las trompetas iban acompañadas de tambores, cánticos, unos agudos gritos y algarabía generalizada. Me he quedado mirando fijamente hacia el fondo de la calle y he visto aparecer a los primeros miembros de tan peculiar charanga, aproximándose a mi posición.
Conforme se acercaban, mediante un análisis visual, he intentado determinar el objeto de aquel ceremonioso jolgorio, formado por unas 40 o 50 personas de ambos sexos y edades variopintas.
Una decena de hombres jóvenes componían la banda, iban ataviados con largas túnicas granates y tocaban trompetas de unos 3 metros de largo y tambores, que a juzgar por su resonante eco del desierto, debían estar hechos con piel de camello, a la vez que entonaban canciones cuya letra era incomprensible para mí. Ellas tambien iban vestidas con túnicas celestes o color pastel con bordados dorados, luciendo el hiyab las más mayores y tatuajes de henna en los brazos y la cara las más jóvenes, y acompañaban los cánticos con el típico grito femenino árabe. Algunos hombres, vestidos a la manera occidental, con pantalón y camisa, completaban la comitiva.
Cuando pasaban bajo mi ventana, se han detenido y, mirando hacia arriba han empezado a tocar sus instrumentos y a cantar con mayor entusiasmo y, en un principio, he creído que me estaban dedicando algún tipo de homenaje. Haciendo gestos con las manos para que se detuvieran, les decía que a pesar de mi condición de ciudadano ilustre, no era necesario dedicarme un acto de semejante envergadura. De inmediato me he dado cuenta de que la fiesta no era en mi honor y, avergonzado por mi presuntuosidad, he cerrado la persiana dejando una ranura para no perder detalle de los llamativos acontecimientos; no soy una persona cotilla, pero no había visto nada parecido en la vida y me era imposible desviar la atención.
Enseguida he deducido que se trataba de alguna celebración dedicada a mis vecinos de abajo, una familia marroquí . Atando cabos con la imaginación, he pensado que se podía tratar de un cortejo nupcial. En la familia hay 2 chicas y un chico jóvenes y tal vez alguno de ellos estuviera celebrando su boda. Mis elucubraciones se han confirmado cuando he visto llegar a un muchacho joven que vestía una túnica plateada y babuchas doradas, portando como dote un par de dromedarios cargados con alfombras persas y bandejas llenas de higos, dátiles y trigo sarraceno. Cada vez estaba todo más claro, y ante mí se ha tendido un puente en el tiempo, transportándome a la Persia de las mil y una noches.
No sé con certeza si habré acertado en mis conclusiones, si se tratará de una boda u otro tipo de celebración, pero ante la exótica ceremonia nunca antes vista por mí, he tenido que pellizcarme para asegurarme de que no seguía dormido.
Vivo en una comunidad de 11 viviendas, 3 o 4 de las cuales están habitadas por inmigrantes, y tengo vecinos respetuosos, lo cual es una suerte. Yo voy a lo mío y no tengo demasiada comunicación con ellos. Por educación les saludo cuando me los cruzo e intento cumplir con las normas cívicas de la propiedad horizontal. En la primera planta sí hay un vecino que me tiene un tanto desconcertado, porque cuando me subo al ascensor para bajar al garaje y él lo llama antes de que yo haya pulsado el botón, el ascensor se detiene a su altura y cuando empieza a abrirse la puerta, hace amago de montarse pero al verme dentro, arruga las cejas y recula. "Baja tú que yo bajo mejor por las escaleras con mi patinete todoterreno", me dice. "Lo que tú veas, pero que conste que yo no te he expulsado del ascensor", le contesto antes de cerrarse la puerta para proseguir mi marcha.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2022 a las 17:57
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 43
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