Sentada en una silla
Solo pienso en ella.
¿Responderá mi necesidad?
¿Inyectara una cura a mi enfermedad?
Sobre mi cabeza observó,
La imaginó y le admiró,
Sin nadamas que su belleza natural,
Sin vida, pero con suma humanidad.
Por fin has llegado Martha,
Por fin alguien leera está carta.
El impulso de vivir ya me tiene harta,
Y aunque temo partir, temo más quedarme aquí.
Cuando el sol se esconde a veces
Se hace noche, otras veces se hace eterno.
Siento frío, siento gente,
Ciento quince y siento muerte.
Ya nada me impulsa a vivir,
He aprendido a fingir,
Fingir sonreír,
Fingir elegir.
Es mi esfinge la tristeza,
Tan ancestral, tan quieta,
Lo que se inquieta es mi alma,
Mi paz, mi luz, mi calma.
Salí a caminar cada día,
Anhelando mezclarme con el aire.
Dejé de alimentar mi egocentrismo
Adelgacé tanto, hasta hacerme invisible.
Mis restos yaceran en mis textos,
Pensarán en los gritos de mi silencio.
Se preguntarán qué fue lo que perdí,
Y sabrán por éste texto que fue...
El impulso de vivir.
- Autor: Gerardo Luna Zepeda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2022 a las 02:03
- Comentario del autor sobre el poema: Queridos lectores. Nuevamente les traigo otro poema desde lo más profundo de mi ser. Con todo mi cariño para ustedes que se toman el tiempo de leer mis poemas, les agradezco infinitamente su apoyo. Espero les guste este poema. Bendiciones para todos ustedes
- Categoría: Triste
- Lecturas: 24
Comentarios1
Muy hermoso tu expresar, saludos cordiales querido.
Muchas gracias.
Siempre es un honor para mí recibir comentarios de cualquier tipo en mis poemas.
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