Nadie llora la muerte de un dealer.

Conozco tu alias, mas no tu nombre real
creo que ya ni tienes, pues hace mucho no lo debes utilizar
¿Cuál era mi nombre? te preguntas sátiro y desinteresado
ríes y gozas, el tiempo lo tienes contando.

Mi nombre no me preocupa,
Entre menos lo conozcan mejor,
¿Cuánto vas a llevar?
O llegale a la perra voz.

Me paso el día contando...
gramos no historias,
Me paso el día esperando...
conectes no personas,
Me paso el día forjando...
porros no senderos
Me paso el día pensando...
cuánto tiempo durará esto.

Un balazo, en cualquier parte,
un cuatro, de algún contrincante,
el des-contexto de un traficante,
la tira queriendo extorsionarme.

Las ganas de querer salir adelante,
de llegar lejos sin tener que embarrarte,
de un futuro posible, no como el de antes,
sin ser un delincuente aunque no me vea elegante.

Seguiré siendo 
anónimo,
invisible,
inexistente,
aunque después nadie se entere de mi muerte.

Están invitados, pero nadie vendrá,
se darán cuenta que no hay respuesta,
enojados por su pedido que no llegará,
la única falta que tendrán, será la de su onza.