Me echo a reír
cuando escucho que alguien
predice el futuro.
Miro a un perro
que se rasca una oreja con desgano
y se echa a esperar
que llegue la hora del almuerzo.
Son tiempos vacíos,
llenos de frases hechas,
alimentados con las pulgas
que han crecido con el tiempo.
Río a carcajadas,
ya no por el futuro,
sino por el presente
que aguanta las ganas de llorar.
- Autor: Laideliz Herrera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de junio de 2022 a las 12:28
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
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