' latidos incesantes'
Tus labios, carcomiendo los míos,
Miradas furtivas de un cazador en guerra,
Silencio abrumador, que huele hasta la sangre de los que no mueren.
Tu silencio se convierte una vez más,
En una inquebrantable espera,
A la vista de quién será el ganador.
Parece mentira que las horas de ausencia,
Se conviertan en un ensordecedor
Tintineo de unas cadenas aproximándose,
A lo que el sino no es capaz de advertir.
Lágrimas que parecen películas de ciencia ficción,
Atacan al más indefenso.
Cuerdas que parecen cordones
Te amarran hasta no poder respirar.
A decir verdad, quiero que me veas, que me mires,
Qué tus palabras resuenen como campanas
Clamando el réquiem de un campesino.
Quiero que tú saliva se convierta en fuego,
Qué esas llamaradas ardan por cada rincón de mi corazón.
Qué esos latidos incesantes
Bailen y me atrapen como lo hiciste tú.
Quiero, pues, que tu voz resuene una vez más.
Quiero que vuelvas a ser el niño
Que creí perdido en la orilla del mar.
- Autor: Dara, La Rusa, Sanz, etc. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2022 a las 15:39
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a Alex.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, SirAvles
Comentarios1
El amor es raro, y casi imposible es comprenderlo. Uno de mis libros favoritos en Crónica de una muerte anunciada, dejo una cita: Dueña por primera vez de su destino, Ángela Vicario descubrió entonces que el odio y el amor son pasiones recíprocas. ¡Cuanta verdad! Cada vez que intentas olvidar, solo arden más las brasas del amor. Nos transfigura. Intentas odiar, solo logras amarlo más. Muchas veces tenemos miedo de amar, y arruinamos todo. Aun hubieren un millón de millas entre ambos, siempre sentirás la necesidad de verle, tus labios arden por besarlo, quieres desvanecerte en sus su cama, perder la conciencia en un instante. Te conviertes en esclavo, te subyugas...
Creo que lo mejor es que lo deje aquí. Abrazos, Dani.
Quizá tengas razón… ¿Qué vacaciones? ¿qué día de la raza?
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