Padre nuestro que estás en cada uno de nosotros,
santifica nuestro corazón
para que conserve por siempre su pureza,
tráenos tu reino de amor y de justicia
y que tu voluntad no se vea falseada
por quienes hablan en tu nombre
El pan nuestro de cada día
repártelo entre todos
los que sufren hambre y sed de justicia,
perdona nuestras debilidades
y danos la fuerza para perdonar
las de nuestros semejantes,
no nos dejes caer en la tentación
de pagar el odio con el odio
ni el mal con el mal.
Pero líbranos señor y para siempre
de aquellos que en tu propia casa
corrompen la belleza, profanan la inocencia
y todo lo ensucian con su mirada venenosa
sus manos sacrílegas y sus palabras infectas,
de aquellos que prostituyen tu legado
y vuelven a crucificarte en cada niño
en cada maltrato, en cada abuso
extermínalos de la faz de la tierra
para que tu casa vuelva a ser la casa de Dios
y no un prostíbulo sangriento...
¡Que así sea!
- Autor: Jose Luis Posa Lozano ( Offline)
- Publicado: 1 de julio de 2022 a las 11:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
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